¿Te imaginas que cada vez que encendieras el televisor o el ordenador aparecieran automáticamente películas y fotografías de los malos momentos de tu vida? ¿Te imaginas que además los vieras en tres dimensiones y con sonido envolvente? ¿Te imaginas que de repente flotaras dentro de esa película y volvieras a vivirlo? Apuesto a que ya te habrías desecho de tu televisor y de tu ordenador. Pues bien, ¿y si te digo que, en mayor o menor medida, los seres humanos hacemos esto constantemente en nuestra cabeza?
Como comentaba en mi anterior artículo No está ocurriendo I: presente, el cerebro construye constantemente la realidad a través de los estímulos que percibimos con los cinco sentidos. Sin embargo, como seres humanos tenemos la capacidad de evadirnos del aquí y el ahora y generar realidades que no están ocurriendo en el presente. De lo que a menudo no somos muy conscientes es de que cuando pensamos en el pasado lo hacemos a través de imágenes, sonidos y sensaciones de recuerdos que no están ocurriendo ahora. Cuando hacemos esto estamos utilizando las mismas áreas del cerebro que construyen la realidad presente. Mientras piensas en el pasado recreas los acontecimientos y progresivamente vas desconectando del presente y te sumerges en esos recuerdos. ¿Qué realidad estás viviendo en ese momento? ¿Cuántas veces sigues sintiéndote mal por algo que ha ocurrido ya hace tiempo? ¿Si ya te sentiste mal en su momento, vale la pena recrearlo una y otra vez? ¿Cuántas vueltas hay que darle – y durante cuánto tiempo – para que empieces a sentirte mejor? Sinceramente pienso que con una sola vez puede ser suficiente. Eso no quiere decir que no sea útil pensar en ello. De hecho, si tu inconsciente se sigue enfocando en ello probablemente sea porque hay algo que aprender o resolver. No obstante, no pierdas de vista algo: eso en lo que estás pensando no está ocurriendo ahora.
Por lo tanto no hace falta que te quedes durante horas en casa pensando en bucle sobre eso del pasado ya que estarás perdiendo la oportunidad de vivir el presente. ¿Merece la pena que algo que ocurrió hace tiempo te impida llevar a cabo una vida normal? Como ahora no está ocurriendo, puedes elegir el día y el momento más conveniente para pensar en ello y además hacerlo de un modo distinto. Eliges un día y un momento en el que no te suponga ningún contratiempo en tu vida cotidiana. Un día en el que tengas el estado mental, emocional y físico adecuado para empezar a pensar en ello. Deja que salgan esas emociones asociadas a esa experiencia por última vez y empieza a construir una imagen delante de ti de eso que ya ocurrió. Esta imagen tiene un tamaño, como lo tendría una fotografía o una película de video. Prueba de verte a ti mismo en esa experiencia, como si hubieras sido fotografiado o filmado por otra persona. Ahora tu cerebro sabe que esto no está ocurriendo porque en la realidad no te ves a ti mismo ni ves una superposición de imágenes. Aléjala un poco, incluso la puedes poner en blanco y negro, y mientras la ves desde la distancia puedes empezar a adoptar una nueva perspectiva del asunto con estas premisas:
1. Lo que observas es sólo tu recuerdo de cómo viviste esa experiencia en ese momento, filtrada por tus filtros de percepción y por tu sistema de creencias y valores. Otra persona, enfocándose en otros detalles y con otras creencias podría haberla vivido de un modo distinto. ¿Cómo la podría haber vivido una persona que tuviera algunas habilidades o recursos que tu todavía no habías desarrollado?
2. Aquello que ocurrió probablemente no era la única posibilidad pero es la que fue y eso ya no va a cambiar. Lamentarte pensando que podrías haberlo hecho distinto es algo estéril a menos que dispongas de una máquina del tiempo. Es más útil enfocarte en el futuro. Enfócate en lo que está bajo tu control, cómo actuaste y cómo reaccionaste a lo externo. (ver: el mundo no es como me gustaría que fuese)
3. ¿Qué puedes aprender de esta experiencia para poder hacerlo distinto en el futuro? Si sigues haciendo lo mismo, muy probablemente obtendrás los mismos resultados. ¿Qué otra manera de pensar, hacer o sentir te sería más útil en situaciones futuras similares?
Y ahora simplemente deja ese recuerdo en el lugar de los recuerdos del pasado, sabiendo que eso siempre formará parte de ti y que está disponible para ser revisado cuando te sea conveniente. Para ello quita esa imagen de delante de ti, apártala a un lado o ponla detrás. Si vuelve a aparecer probablemente sólo sea una señal de que tu mente inconsciente quiere seguir aprendiendo de esa experiencia para que tengas nuevas opciones en tu futuro y no vuelvas a pasar un mal rato. Sigue observándola y repite el proceso, siempre desde la distancia y repartiendo tu atención entre eso que ves dentro de tu cabeza y todo lo que hay fuera. Recuerda: ahora no está ocurriendo.
Joan Argelich
Psicólogo especializado en Hipnosis y PNL
Trackbacks/Pingbacks