Mientras lees estas líneas haz una simple prueba: disminuye un poco tu habitual ritmo de lectura y fíjate en todas y cada unas de las palabras que estás leyendo, al tiempo que a través de tu visión periférica empiezas a ver todo lo que hay a tu alrededor, tus ojos pueden seguir centrados en estas líneas. Ahora empieza a escuchar los sonidos que te envuelven, algunos serán constantes y otros aparecerán y desaparecerán. Unos estarán más cerca, otros más lejos. Date cuenta de cómo está tu cuerpo y cómo éste se las apaña automáticamente para lidiar con la gravedad y sostenerte sentado. Tal vez incluso te des cuenta que no estás en la posición más cómoda para ti y decidas realizar algún ajuste. Sientes la temperatura que te rodea mientras sigues leyendo y viendo lo que hay arriba, abajo y a los lados; continúas escuchando los sonidos y empiezas a darte cuenta de cómo es tu respiración, incluso puede que empieces a sentir el latido de tu corazón. Puede que te percates de los olores que hay a tu alrededor y del sabor que hay ahora en tu boca. Y ahora te pregunto: ¿Qué está ocurriendo? En la mayoría de los casos la respuesta será algo parecido a «no gran cosa, simplemente estoy aquí y ahora, en el presente».

¿Dónde pones tu atención?

Tu cerebro está construyendo la realidad constantemente a través de tus cinco sentidos. Tu atención es selectiva, eso quiere decir que la conciencia que tienes de lo que está ocurriendo ahora depende de en qué te estás enfocando. Hay mucha información a nuestro alrededor y la vamos seleccionando, según en qué te enfoques vivirás una realidad presente u otra. Puedes estar en la playa y enfocarte en los colores del cielo, el agua, la arena… escuchar el sonido de las olas del mar y el viento… sentir el calor del sol en tu piel… o mirar a ese perro que está en la otra punta pensando que vendrá a ensuciarte tu toalla… o escuchar a ese niño pesado que no para de llorar… Según en qué te enfoques tendrás una experiencia u otra.

Cuando pones tu atención fuera mediante tus cinco sentidos, progresivamente vas entrando en un estado de aquí y ahora, estás en el presente. Y cuando estás en el presente a menudo te das cuenta que no hay muchos motivos para sentirse nervioso, enfadado o triste. Además, tal como he comentado antes, puedes entrenarte en dirigir tu atención hacia aquellos estímulos más agradables o neutros, en el caso de que estés en un contexto desagradable para ti. Me refiero a situaciones de la vida cotidiana, obviamente habrá otros contextos en los que estar nervioso, enfadado o triste será natural, por ejemplo si acaba de acontecer una desgracia.

¿Te has planteado alguna vez la cantidad de malos momentos que has vivido sólo porqué has desconectado del presente y te has ido al pasado o al futuro?

Lo que realmente genera malestar y rebaja considerablemente la calidad de vida es cuando ponemos nuestra atención dentro y empezamos a pensar en situaciones desagradables del pasado o en posibles situaciones negativas del futuro. Las personas solemos complicarnos la vida creando escenarios que no están ocurriendo en tiempo presente. Para ello empezamos a utilizar las mismas áreas del cerebro que construyen la realidad presente con imágenes, sonidos y sensaciones de recuerdos que no están ocurriendo ahora; o de simulaciones de situaciones que no sabemos si van a ocurrir. En ambos casos creas o recreas los acontecimientos y progresivamente vas desconectando del presente y te sumerges en el pasado o en el futuro. Y ahora te pregunto: ¿qué realidad estás viviendo en ese momento?

Próximamente abordaré la gestión del pasado y del futuro. De momento te invito a que cuando te sientas mal observes ese preciso momento, en el lugar dónde te encuentras, con lo que puedes percibir a través de tus cinco sentidos y te preguntes: ¿hay algún motivo para que me sienta mal ahora? Y en caso que la respuesta sea negativa, es decir, te sentías mal porqué estabas mentalmente en el pasado o en el futuro, te repitas: «No está ocurriendo» al tiempo que tomas una respiración profunda y vas dirigiendo tu atención hacia el exterior a través de los cinco sentidos (de un modo similar al inicio de éste escrito), hasta que tengas más conciencia del aquí y el ahora y haya desaparecido eso que no estaba ocurriendo.

¿Eso solucionará todos tus problemas? No creo, pero te aseguro que tu cuerpo y tu mente agradecerán estos descansos y entrarás en un estado psico-bio-emocional más adecuado para poder resolverlos. Es agradable despertar de una pesadilla y darse cuenta que eso no estaba ocurriendo en «la realidad».

Joan Argelich
Psicólogo especializado en Hipnosis y PNL

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